Pese a que medio país estaba en alerta meteorológica por una potente tormenta que obligó a cancelar algunos espacios previstos para proyectar el partido en pantallas gigantes, las zonas abiertas se llenaron con un mar de hinchas que vibraron con el abultado triunfo.
"Es increíble, ¡vamos a ser campeones!", celebraba una chica junto a la emblemática Puerta de Brandeburgo de Berlín, en el mayor espacio de fans de Alemania, una superficie de 48.000 metros cuadrados con varias pantallas gigantes que atrajeron a miles de hinchas.
El partido definido mucho antes de lo esperado generó ríos de cerveza y un desfile de banderas, sombreros, pelucas y disfraces con los colores negro, rojo y amarillo de la bandera alemana.
El pitido final fue celebrado con más petardos y la edición online de los diarios comenzó a reflejar ya la jornada histórica.
"¡Y ahora que venga Holanda!", tituló el diario Bild en su página web, al dar por hecho que los oranje ganarán hoy a Argentina la otra semifinal.